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La transparencia es expectativa.
Karen
Villeda
Karen Villeda (Tlaxcala, 1985)
está presente en el Archivo de Poesía Mexa con Tesauro (FETA,
2010) y Dodo (FETA, 2013); ejes,
quizá, de su poética. A continuación los leeremos en voz alta, aunque lo más
llamativo de estos textos no es su oralidad, sino su escritura.
Además de otros libros de poesía de
Villeda, La caja de los recuerdos o la
instrucción para recordarnos (2005), Babia
(2011) y Constantinopla (2013), destacan
sus colaboraciones en Letras Libres o su
portal POETrónicA, donde,
por ejemplo, vienen enlazadas las reseñas que han tenido las obras de una
autora presente también en Tierra Adentro, Ómnibus,
Lecturas,
Nexos, Luvina,
Marcapiel, La Rabia del Axolotl
o Momento; revista
en la que Yazmín Zárate plasmará las palabras de Karen Villeda en YouTube por Revista UNAM):
«en Tesauro se presentaba la tensión
entre lo femenino y la masculinidad, estos personajes se encontraban y no
decían nada, había demasiadas palabras, en Dodo
yo intenté acrisolar el lenguaje, es un poemario escueto que maneja muchos
símbolos, muchas frases que van contando una historia». Ambos, Tesauro y Dodo, resultan su aportación más sólida a la lírica, tal como vimos en Sombra roja. Diecisiete poetas mexicanas (1964-1985).
Tesauro
(2010) obtuvo el Primer premio de poesía en el Concurso 39º de la revista Punto de Partida. Más allá de la
comunicación, el tesoro de la lengua estriba en las posibilidades y los retos
que plantea una palabra detrás de otra como arte poética. La oración es copulativa,
yuxtapuesta, da a luz a lo que somos. La estructura es aparentemente simple:
unos «términos preferidos» dan paso a una lexicografía para cada vocal. La
clara influencia de Rimbaud ilumina la «Lobreguez»
en un registro que no usamos, mas está ahí y enriquece lo poético. La poesía de
Karen Villeda se encuentra entre el ¿neobarroco? «dificultismo» (que diría Alejandro Palma) de Gerardo Deniz o Daniel Téllez y la coloquial irreverencia comprometida de Ángel Ortuño o Gerardo Arana. Su nexo demuestra la experimentalidad sin estridencias ni
experimentalis(†)mos ni apuestas seguras. El texto es visual en gran
medida por los recursos tipográficos con los que se parece jugar: comillas,
notas al pie, cursivas, paréntesis, subrayados, rayas, comas suspensivas. ¿Estamos
ante un tratado lingüístico como crítica y práctica sociales desde la
literatura? Es «tiempo para siempre, espacio» y logra las equivalencias de
términos que nunca dejan de empezar a negar formas no personales. Doble
extrañamiento: «Hermetismo que deambula en la enajenación» (18). Las
coordenadas espaciotemporales se repiensan con humor. Y es ahí donde y cuando
el texto y su deíxis se dislocan. La prosa, entonces, une el verso: anónimo
referencial. Con el leve daño de Coral Bracho, logra decir la nada que veíamos con Xitlalitl Rodríguez Mendoza. En esos huecos nimios se esconde un lenguaje, una
conexión; pongamos por caso: aureola-laureola (39-41) por la corona luminosa-victoriosa
de tomarse a pecho la mente. Hugo García Manríquez la entrevistó a propósito de la «escritura-investigación»
que supone Tesauro: una caricatura,
podría ser, de las afinidades electivas y las elecciones afectivas que
condicionan los parapetos de la literatura; una personificación del léxico. ¿Feminismo?
Te(s)or(er)ía del color con dolo. La humanidad (en sus primeras acepciones)
responsabiliza a las palabras de sus ánimos, en cualquier lugar y a cualquier
hora. El saber popular se cita en libros verosímiles: «Cualquier Diccionario de Inglés-Español, p. 76)» (59); o en vocales
que enlazan la griega incógnita gregaria:
(((Contingencia de
paréntesis)))
5x2 + 3x3y3z
5x2 + 3x3y3z
5x2 + 3x3y3z
(68)
Álgebra como
ecuación corpórea de parejas al cubo e incógnitas al cuadrado. La vida en un dúplex,
oxímoron u oxímoron: «Tesauro es múltiples
voces, pero no presencia» (71). Un poema de amor es una ristra de nudos que
llevan a cuerdas de entrañamiento. El horizonte nubla «Hoy en día» (76)
nuestro discurso mal conjurado. Solapa el blanco y el negro de la imagen para
la cubierta de Drean Addictive. El tono se agiliza hasta cobrar vida al final
de un libro que es poemario y no libro de poemas. «Occidente es un latinismo que
encubre a la muerte» (86), se queda corto y no llega a «hipopotomonstrosesquipedaliofobia»
(87): el colmo de nombrar a una enfermedad. ¿La poesía? Y.
La historia
continúa hasta una nota al pie de página, inclusiva. De esta manera se construye
habitáculo que, veremos, encierra la articulación re/agresiva.
Dodo
(2013) mereció el Premio Nacional de Poesía Joven «Elías Nandino», con un jurado
formado por Carmen Villoro, José Javier Villarreal y Alejandro Tarrab. De nuevo la numerología marca las siete etapas de un viaje por las
ciudades del pájaro mítico (Dodo)
como símbolo de la violencia, pese a todo, sine
die y sine loco. Un mapa que la propia autora ofrece en la ilustración. «Manos toscas»
(22 o 43, 74) matan «moscas» (32 o 42 o 44). Lo absurdo puede ser tan cíclico y
tan trágico. No habrá extremidades para cavar cadáveres, «La tierra echa barriga con nuestros fermentos» (56). Poli(a)fonía
ori(gi)nal, «ecos de imperio» (61). Y es que, recordemos, «Las moscas ponen huevecillos
en sus fosas» (63). No casual que sea ladino: «Del lat. Latīnus 'latino'.» (RAE). Reiteración,
itinerancia crítica. Así termina nuestro error primigenio:
97.
DIDUS.
98.
DIDUS INEPTUS.
Ineptus.
Didus: utraque mandivula inflexo apice.
Dodo,
dronte. Cygnus cucullatus. Gallus fallinaceus
peregrinus.
7. p. 49.
†
Raphus cucullatus, 1758.
Struthio
cucullatus Linnaeus, 1758.
Didus
ineptus Linnaeus, 1766.
Corpus
nigrum, albido. Alæ impennes.
“Si
uno mata al más joven, encontrará una piedrota en
su
molleja. Los llamamos aves de Nazaret.”
(78)
Si Tesauro
es tachadura; Dodo, borradura. Para Mónica Nepote, en Gente de México, potencia «la perversión, el juego de poder y la alteración
del lenguaje». En Ancila,
Alejandro Higashi charla con la autora advirtiendo «la tremenda desconexión que experimentamos en el mundo moderno, la
incapacidad para ver las causas de los efectos que padecemos»; y dice Karen Villeda: «Me
enfrenté conmigo misma. Escribí sobre lo que se ha ido extinguiendo en mí». Por
su parte, Malva Flores, en su extraordinaria reseña de Letras Libres, concluye que «Dodo también puede ser la poesía: ese pájaro
extinto que en este libro me hace creer que todavía respira».
Traducida al árabe,
francés, inglés o portugués y publicada en Argentina, Brasil, Colombia, España,
Estados Unidos, Guatemala o Venezuela, Karen Villeda es una
referencia para la poesía mexicana y la imagen rítmica, polifónica, interactiva
y narrativa de sus expansiones electrónicas. Logra esquivar el lugar común y
generar una voz propia, cuyos múltiples sujetos líricos se reconocen. Resignifica el necesario atrevimiento. Si se
admiten porras, el próximo Aguascalientes va para la tlaxcalteca. De ello podrá
dar cuenta el Coloquio 50 años del Premio Bellas Artes de Poesía Aguascalientes, que se llevará a
cabo del 2 al 4 de mayo de 2018 en la ciudad que entrega el máximo galardón.
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