Una extraña seta en el jardín (Fondo de Cultura Económica / Fundación
para las Letras Mexicanas, 2018) es el libro con el que Luis Eduardo García (Guadalajara,
Jalisco, 1982) crea un universo maravilloso (en el mejor sentido de la palabra)
mediante un solapamiento de la realidad y la ficción a través de distintos
niveles de lectura.
Ganó
el Premio Hispanoamericano de Poesía para Niños 2017 con un jurado formado por Martha Riva Palacio,
María Emilia López y Luigi Amara. El mundo de fantasía explica el que nos acoge y se enriquece con las
luminosas ilustraciones de Adolfo Serra. Atrae a niñas y niños que busquen
imaginar ahora, sin desatender referentes clásicos de las más vivas (y, a veces,
desconocidas) tradiciones literarias.
Breves
poemas (en verso o en prosa) van narrando una historia para dormir, o para no dormir. Se suceden seres con los que se encuentra
el señor Howe en los más singulares paisajes. Del mar a la tierra en tercera
persona con un lenguaje coloquial (no exento de figuras entre líneas) el verso
se curva o, de plano, homenajea al caligrama.
Cual
entomólogo (Higashi establecía una alegoría de esta guisa para la escritura y la crítica de poesía en México) quien escribe (y quien dibuja, lee) se pregunta por la trascendencia
de una cucaracha capaz de colarse por el oído de un hombre o despertar una
danza rumana en otra persona. Se conectan con maestría escenas inusuales, incluso
a propósito de la muerte. He aquí una muestra:
Con «Amor constante más allá de la higiene»
(21), como Vicente Quirarte en «Amor constante más allá de Insurgentes» o Yolanda Segura en «ceniza constante más allá del amor» se actualiza una poética de vida mediante el
tópico de Quevedo en la poesía mexicana contemporánea, también para peques. Basta
con salir al jardín y ver de otro modo esa (en apariencia) insignificante
seta...
Se
habla de Una extraña seta en el jardín en La Lectora errática, Un mundo entre hojas, Domẽstika
o en la Revista de literatura infantil y juvenil LIJ Ibero. Luis Eduardo García inquieta, pero se sostiene, como apunta Juan Manuel Portillo. No es una poética incoherente que resulte del mero artificio inconexo que supone, a veces, la experimentalidad. El proyecto del poeta mexicano es complejo y requiere una aproximación, pues se trata sin duda de una de las poéticas más particulares de lo que se viene publicando últimamente.
La semana pasada nos
enganchó 121:08; si volvemos a hablar de Luis Eduardo García es porque en cada una de sus obras se dan cita distintos
registros, fuera, todos ellos, de los lugares comunes. Aprovechen que ya se
puede salir a la calle para conseguir Una extraña seta en el jardín. Lo hicimos en el IES Bellaguarda, como queda reflejado en los comentarios de estudiantes de la ESO. Si
no, vean de momento cómo nos lo presentó en plena cuarentena:
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