Mónica Licea (Guadalajara, Jalisco,
1990) forma parte de la penúltima entrada del archivo de Poesía Mexa
con la publicación que edita este mismo sello: Perro ciego de nostalgia
feroz (Poesía Mexa, 2021); una recopilación de diferentes textos (algunos aún no han visto la luz) dispersos en los últimos años.
De Visión de la ira (Sombrario,
2017) abre el libro este poema sin título que podríamos leer desde la
perspectiva ecocrítica y el uso semántico que veíamos la semana pasada con Juan
Antonio Alfaro:
El dolor es el
mamífero
más grande
del mundo
su peso
se encuentra al
descubierto.
Animal
ad
–herido
a
la memoria (4).
Los
dos últimos versos sangran por el significado del término que se une al prefijo
latino para dar otro adjetivo, apósito para el dolor: tema que nos hace pensar
en el libro 19 poemas al oído del perro (2015).
Del Archivo negro (inédito)
comparte prosas, también breves, que beben de esa atmósfera gris, mas bella, de
los textos anteriores. El dolor se va ajustado de manera paulatina a una reflexión
sobre la muerte de los seres vivos en espacios públicos y, de manera deductiva,
en privados, íntimos, reducidos a la sinécdoque de la existencia.
Los destellos que publica Poesía Mexa corroboran la poética
coloquial y coherente de la tapatía, cuyo penúltimo verso resulta piedra de
toque para, ojalá, todo lo que venga: «Puliré este dolor hasta volverlo
transparente» (15).
El repositorio que tanto nos ayuda a
leer la poesía mexicana contemporánea, más allá de las referencias capitalinas
que suelen, aún, centralizar el canon, permite aproximarnos a autoras como Mónica
Licea, quien colabora en el proyecto multidisciplinario de intervención social
Red de Resistencias (Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Cuajimalpa, Ciudad
de México).
Pueden leerla también en Tierra culta, Aleteo poético, Cardenal
o en el completo espacio que le dedica Dudumdush.
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