puede derramar la copa
Roberto López Moreno (pág.
186)
Roberto López Moreno (Chiapas, 1942) cierra el Archivo Negro de la Poesía Mexicana (Malpaís, 2015) con Morada
del colibrí. Poemurales (1995): una historia de América en las letras que integran el texto en su
visión conjunta.
Jorge Aguilera López (Seminario de Investigación en Poesía Mexicana Contemporánea -CEPE -UNAM) vuelve a prologar un libro del Archivo Negro; ahora con la obra más reciente,
publicada hace doce años. Para hablar de López Moreno y su Morada del colibrí, el crítico hace hincapié en la importancia de
la tradición que hereda y renueva el chiapaneco, así como su ligazón con el
muralismo mexicano:
Es necesario destacar que la analogía entre el mural
y los poemas extensos que conforman este libro no son mera ocurrencia: el
efecto buscado por el autor es el mismo que tenemos cuando acudimos a ver las
obras clásicas del muralismo mexicano: la mirada no puede abarcar el conjunto
de la obra, así que los observamos de manera fragmentada, panel a panel, y
podemos apreciar cada unidad en sus valores estilísticos y temáticos, pero sólo
el recorrido por todas las partes nos permitirá una interpretación completa del
conjunto (17).
La
intertextualidad, no solo mexicana, se repite en una obra compuesta de
distintas partes que son un todo: la voz poética.
Morada
del colibrí se estructura en siete poemas. El primero, «La longitud de la
iguana», metamorfosea el mito fundacional del águila y la serpiente en la
perpendicularidad que López Moreno muestra de forma explícita en su poesía
visual y que Aguilera explica en la convergencia entre el conocimiento y la
imaginación (cfr. 18-19). Por otro lado, «In memoriam» recuerda la cultura
americana que han ido configurando, como veremos, algunos referentes poéticos.
Seguidamente, «Morada el colibrí» presenta el canto más alto con un lenguaje prehispánico,
fundacional. «Poema a la Unión Soviética» homenajea a Rusia y el comunismo. Los
poemas «Guitarra» y «El río» conectan con la música y la naturaleza tan
presentes en la obra de López Moreno. Por último, «Muerte y vida de José Hernández
Delgadillo» conmemora la militancia política del pintor contemporáneo al autor.
Págs. 46-47 |
En el inicio de Morada del colibrí encontramos un poema náhuatl que complementaría
el tercer poema del libro con voces purépechas. Estamos, como dice Aguilera,
ante un proyecto poético (cfr. 15). En «In memoriam» observamos dos ejemplos
claros de la influencia que tienen Vicente Huidobro y Nicolás Guillén, por una
parte, y Jaime Sabines y José Gorostiza, por otra:
La tea quema en lo Alto
Alto Altazor
Al son, desciende al son,
Al son del Corazón
Sóngoro cosongo Sóngoro del son.
Son. Lava. Lascas. Lavalascas.
[...]
Tarumba acaballo
sobre la marimba de su propio esqueleto,
camisa desabotonada,
bandera del aire
esta muerte sin fin que nos doctora,
átomo del polvo herido en el costado de las horas (64-65).
En pocos versos,
López Moreno conecta distintas tradiciones, tiempos y geografías a favor de un
canto general o universal: «México-Tenochtitlán 1325. Huitzillin./
Hitzilopochtli, el fundador,/ nace de un manojo de plumas de Colibrí,/ atado al
vientre de su madre Coatlicue» (95). En Morada
del colibrí el lenguaje está lleno de tonos y de símbolos. Los juegos de
palabras, una vez más, definen el icono comunista: «La hoz y el mar tinto./ El
martillo y la voz» (133).
Roberto López Moreno es un poeta
total, que ha sido leído de forma muy fragmentaria y vaga por la crítica
mexicana. Hasta ahora. Jorge Aguilera y Malpaís ofrecen un trabajo riguroso y
claro para guiar a quienes leen poesía mexicana. Ya está en marcha el segundo tomo del Archivo Negro de la Poesía Mexicana.
Estaremos atentos.
Un poeta excepcional, aunque la crítica trate de ignorarlo
ResponderBorrar"No vio nacer el mundo
mas se enciende su sangre cada noche" escribe Roberto López Moreno en su poema Octavio Paz.
Un poeta al nivel de un Jorge Luis Borges.
Un gran poeta que estos días recibe el merecido homenaje en su tierra natal. Gracias por comentar. Saludos, Nacho
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