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puede volverlo a usted tímido;
Kevin
Martínez
Kevin Martínez
nació en 1992 y abre el portal que el Archivo de Poesía Mexa le dedica a esa década. Podemos acceder libremente a la
versión manuscrita de Trenos que alarman.
El poeta mexicano estudió Escritura
Creativa y Literatura en la Universidad del Claustro de Sor Juana, donde quizá
recibió clases de algunas referencias (como Alberto Chimal, Hernán Bravo o
Rocío Cerón) que permean en su fantástica acidez, en su preciso metraje o en su
expansión vertical.
Trenos
que alarman se compone de cuarenta y tres poemas breves que suponen un
canto fúnebre de una sociedad presa. El primero de los textos ya muestra la
sarna y la sorna con que retrata la realidad a través de ficciones creíbles. El
título ofrece la estampa que describe: «El insólito caso del bibliotecario que
con síndrome de tetra-amelia es capaz de acomodar libros». Más que insólito,
por algunos poemas, podría considerarse una extensión de la narrativa inusual
de Cecilia Eudave. El espacio verosímil permite una serie de imágenes paródicas
y tétricas que se sostienen con la oralidad del lenguaje. Asimismo, el cierre de
cada texto reúne tanto la sorpresa como el encuadre de una escena donde priman
la enfermedad, el cuerpo y el bestiario.
El epígrafe de esta entrada
pertenece a los dos primeros versos del poema «No se una a los optimistas», sin
duda, uno de los más destacados; pues logra, me parece, reunir varios retratos
que tienen que ver con la desescritura o la deconstrucción social e incluso
artística. La crítica de la crítica se critica en «Avelina Lesper fue al
psicoanalista pero no pagó la sesión». En este sentido, Kevin Martínez cultiva
una poética
constante y aparentemente espontánea. Exhorta a leer de otra manera, a la
manera de Horacio Warpola.
Para
Diego
Espíritu o Rodrigo Flores Sánchez, Kevin Martínez articula la madurez de la joven poesía mexicana.
Parte de su obra también podemos encontrarla en Transtierros,
Poetas Siglo XXI o Deslinde.
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