viernes, 16 de septiembre de 2016

Efraín Bartolomé, Cabalgar en las alas de la tormenta

No es posible tocar el corazón humano
sin mancharse de sangre.
Efraín Bartolomé, Música lunar, 1991 (cfr. 2015: 92).

: en cada uno de tus pechos dejó la dulce Noche
sus huellas digitales.
Efraín Bartolomé, El son y el viento, 2011 (cfr. 2015: 57, 171)

Efraín Bartolomé está en Alicante. En unas horas podremos escuchar su impecable voz poética. Gracias, Sara, Carmen y Noelia, por la oportunidad de presentar su reciente libro Cabalgar en las alas de la tormenta en la Librería Pynchon&Co.


            Efraín Bartolomé nació el 15 de diciembre de 1950 en Ocosingo, Chiapas. Estudió psicología en la UNAM, donde ha coordinado talleres de poesía, entre otras instituciones. Es traductor y colaborador en diversas revistas (Cuadernos Hispanoamericanos, Revista de la Universidad de México o Periódico de Poesía, por ejemplo). Fue miembro del SNCA y galardonado con múltiples premios nacionales e internacionales, entre los que destacan el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes en 1984 por Música solar, el Premio Internacional de Poesía Jaime Sabines 1996 por Partes un verso a la mitad y sangra o el Premio Internacional Latino Arts 2001 otorgado por la Mexican Heritage Corporation.
            Aunque la crítica define a Bartolomé como autor de un poema largo, único, en constante crecimiento, el chiapaneco comenzó venerando la naturaleza salvaje en Ojo de jaguar (1982), libro que cuenta ya, de momento, con doce ediciones y que tuvo «su sombra negra» en Ciudad bajo el relámpago (1983); es decir, si en el primero cantaba la belleza animal, en este lamenta el daño ecológico de Ciudad de México: «La Venus de las Cloacas». Música solar (1984) es un tacto, un cuerpo, sentido por otro. En cambio, Cuadernos contra el ángel (1987) es el encuentro con la muerte, la ausencia. Música lunar (1991) asciende a las voces que solo el poeta tiene la capacidad de oír y compartir; Cantos para la joven concubina (1991) observa; Partes un verso a la mitad y sangra (1997) exprime; El son y el viento (2011) suena; Avellanas (1997) concentra. Parte de estos libros los reúne ahora la Editorial Balduque en una antología amorosa: Cabalgar en las alas de la tormenta. Eléctrica. Carnal y etérea. Divina, pero terrestre. El poeta mexicano nos muestra la fuerza expresiva y la capacidad para transmitir (hoy lo pueden comprobar) el único valor humano que conecta y permite el resto, al resto: el amor.
            La Biblioteca de la Universidad de Alicante cuenta con un libro del chiapaneco: Agua lustral. Poesía, 1982-1987 (1994). El prólogo («Efraín Bartolomé: hacia la poesía esencial») es de Juan Domingo Argüelles, para quien «esa labor en la fragua existe, porque uno de los aportes de Bartolomé a la actual poesía mexicana es el rigor, la búsqueda de perfección, el rechazo al facilismo y a la incoherencia, el no otorgar concesiones a nadie porque él mismo se las prohíbe» (15). Su lenguaje está depurado. Nos lo ofrece límpido para que se encuentre con nuestras imperfecciones.
            Cabalgar en las alas de la tormenta (2015) plantea el ritual atávico de la escritura. Soren Peñalver firma el prólogo «El gran dios Pan ha vuelto» destacando que su «poesía brota cual venero proteico de todos los acentos y culturas existentes (también de las que ya desaparecieron)» (8). El epílogo «Un vates que cabalga en las alas de la tormenta» es de Noelia Illán Conesa, quien destaca las sentencias con las que terminan sus poemas y prosas:

Acertado en la estructura y en el fondo de cada uno de los poemas, hay algo donde nunca queda en duda su capacidad creadora: los finales. Es como el aullido del lobo en mitad de la noche, como el estruendo del rayo, como la tormenta que se abate sobre nosotros (197).

Efraín Bartolomé domeña la lengua que vibra y degusta la palabra en su plurisignificación. Cuadernos contra el ángel (1987) disloca la paronomasia narrativa:

[...]
(Me sabe a verso el beso de la mujer que amo
Me sabe a verso el vaso en que me bebo
Me sabe a verso el vicio de mi vaso
Me sabe a vicio el vaso en que buceo)
[...] (43)

El título que da nombre a la antología que presentamos es un soneto de Cantos para la joven concubina (1991) Dice así «Cabalgar en las alas de la tormenta».

Raya en el agua   líquido destello
Ardiente raja y sol que la calcina
Rosa de lumbre    prodigiosa mina:
acopio de sortijas tu áureo vello

Fuente de luz hacia la cual mi cuello
como obediente girasol se inclina
La sangre que se enciende y se amotina
víctima del Deseo y su atropello

Mi llama tiembla al tacto de tu frente
Mi voz pronuncia el fuego de tu aroma
Mis manos tocan fondo    Raro idioma
dorado de tu pubis             Tibiamente
encuentro con mis labios el rizoma
que empieza a palpitar        húmedamente (108).

La emoción es la mejor de las provocaciones. Necesaria y rizomática. En el poema anterior la sangre quema al descender un cuerpo por otro cuerpo hasta la unión. Los versos sangrados, separados, ilustran la distancia a la que se encuentra el sujeto poético en cada estrofa. Y es que Efraín Bartolomé enriquece las formas de decir de otro modo lo mismo (que diría Bonifaz Nuño). En sus Avellanas (1997), el chiapaneco ofrece algunos ejemplos de los haikus aforísticos que tanto están atrayendo a los jóvenes:

«Mujer»

Viajar en ti
quiere decir
quedarse (193).

La antología que hoy presenta en la Librería Pynchon&Co. dice lo que a todos nos gustaría sentir y expresar con la punzante y eléctrica concisión del poeta chiapaneco, capaz de concentrar en poco más de dos verbos la mejor experiencia amorosa: «Vengo de estar en ti» (30), nos dice en «Comunión de silenciosos».
            Me enganché a leer a Efraín Bartolomé hace unos años, cuando Carlos Ramírez Vuelvas, también poeta mexicano, lo leía con tanta atención. Meses después, durante mi estancia doctoral, me encontraría en la biblioteca de la UNAM con un libro enorme (en todos sus sentidos): Ojo de jaguar. El primero de muchos. Gracias.


En Círculo de Poesía (un portal indispensable), Moisés Ramos Rodríguez publicó la entrevista que hace unos años le realizó a Efraín Bartolomé. En ella tratan desde la poética a la revuelta de Chiapas que tan de cerca vivió el autor de Ojo de jaguar. Por otro lado, Palabra virtual cuenta con algunos poemas recitados o invocados por el propio autor.

Bibliografía
  
Bartolomé, Efraín, Ojo de jaguar, Universidad de Ciencia y Tecnología Descartes, Chiapas, [1982] 2014.
____, Agua lustral. Poesía, 1982-1987, México, Conaculta, 1994.
____, Cabalgar en las alas de la tormenta, Cartagena, Balduque, 2015.
____, Entrevista con Efraín Bartolomé, en Colima, por Verónica Zamora, YouTube, 1 de marzo de 2016. Disponible en <https://www.youtube.com/watch?v=-7kHsBBNHS8> [última consulta: 8 de agosto de 2016].
Diez Noticias, «Ojo de Jaguar de Efraín Bartolomé, referente en la poesía 33 años después», en YouTube, 1 de junio de 2015. Disponible en <https://www.youtube.com/watch?v=lFGMHMRhRuc> [última consulta: 24 de agosto de 2016].
Mendiola, Víctor Manuel, et al., Tigre la sed. Antología de poesía mexicana contemporánea 1950-2005, Madrid, Hiperión, 2006.
Ramos Rodríguez, Moisés, «Entrevista con Efraín Bartolomé», en Círculo de Poesía, 10 de agosto de 2014. Disponible en <http://circulodepoesia.com/2014/08/entrevista-con-efrain-bartolome/> [última consulta: 23 de agosto de 2016].

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