[…] guiar a quien lee entre la espesura de la poesía
reciente
[…] lo social se presenta a través de la perspectiva
individual
Alejandro Higashi (p. 122, 175, 274)
PM/ XXI/ 360º. Crematística y estética de la poesía
mexicana contemporánea en la era de la tradición de la ruptura (UAM/ Tirant lo Blanch, 2015) es un estudio de
Alejandro Higashi (Ciudad de México, 1971) indispensable para leer e investigar
este género literario y este país. El lunes lo presentará en Alicante. Las páginas citadas hacen referencia a la versión electrónica. En papel, hay que añadir cuatro a cada una.
El subtítulo es como un abstract: Modesta guía para entender y disfrutar la diversidad de la poesía
mexicana del siglo xxi, con muchas
noticias útiles sobre el canon y el mercado editorial de la segunda mitad del xx, que la explican.
Compartimos las palabras con las que
Higashi presenta su trabajo: «cada nuevo libro trae consigo una
nueva estrategia poética que lo distingue de todo lo previo y obliga a retrasar
(y también a re-trazar) las genealogías» (11). Este es un nuevo libro, pero no otro nuevo
libro. Veamos cuáles son las características que lo hacen único y, por
tanto, necesario.
En
primer lugar, a diferencia de la mayoría, este ensayo se entiende. Sus palabras
iniciales marcan claramente la hipótesis:
Este es un libro que, para empezar, podría no tener
fin. Se inauguró de forma natural por dos extremos que muy pronto se tocaron:
de un lado, la necesidad personal de explicar la dispersión estética en la que
vive la poesía mexicana actual, donde las tipologías son imprecisas y a menudo
cada nuevo libro trae consigo una nueva estrategia poética que lo distingue de
todo lo previo y obliga a retrasar (y también a re-trazar) las genealogías y
demora, con ello, una historia de la literatura mexicana abarcadora hasta el
siglo xxi; del otro, la sospecha
racional de que tanta dispersión sería solo aparente y, en el fondo, todas
estas manifestaciones disimilares deberían compartir un genoma poético,
imposible de advertir a simple vista (cada uno de ambos extremos podría, al
final, explicar al otro) (11).
Este genoma poético que comparten tiene
que ver, aunque lo nieguen (estamos
parafraseando a Higashi), con el autobiografismo
y el afán por rotar el signo que
implantó hace cincuenta años la antología Poesía
en movimiento.
Y
es que «la antología se erige como una portentosa herramienta de lectura PARA
NO LEER: una antología señala lo que debe leerse y deja fuera todo lo demás, de
manera que se vuelve un camino seguro para el público lector más perezoso o más
pasivo» (27). Con sorna y sarna, trata un tema complejo como es la falta de
lectores de poesía mexicana libres y por placer. El autor define este problema
como «autismo poético» (14). Pese a la cantidad de referencias y poemas, la
lectura va sola, cual novela; aunque quedan patentes (y se agradecen) los
recursos poéticos que se explican mediante su empleo: el humor (negro, ácido e
inteligente), los paréntesis (para ahondar y conjugar la perspectiva del
crítico y del poeta) y el «inodoro» lenguaje (sencillo, que no simple).
Higashi
parte de Poesía en movimiento para
cuestionar la forma de leer y de incentivar la lectura en México. Si el crítico
logra demostrar que el poema afirma lo que se niega (nos referimos al caso del signo en rotación que arma en la primera
parte del libro), PM / XXI / 360º
niega lo que hasta ahora se afirma; es decir, desmonta la teoría poética que se
viene manipulando (o mejor, computarizando) en México durante los últimos
cincuenta años.
El
libro se compone de tres partes: en la primera analiza por qué una antología
como Poesía en movimiento y las ideas
(de tradición de la ruptura, signo en rotación…) condicionan, todavía, este
género literario; en la segunda, se denuncia abiertamente las trabas lectoras
que sufre México desde un punto de vista poético, social, analítico y
comparativo; y seguidamente, se demuestra un problema que, a priori, consideraríamos sin duda una ventaja: la inversión
pública. Y es que la cultura, el arte, la poesía, sufren el dinero que el
Estado otorga en becas, premios y ediciones concretas, descuidando así la libre
lectura: la expresión, el texto, el poema. En esta última parte, la más
extensa, se plantea una genealogía de los tipos de poetas y poemas,
identificando las variables que genera el peso (o el preso) autobiográfico. La
parte final, a modo de conclusión, añora la comunicación de Sabines en una
crisis lectora desalentadora.
Se
cumple la hipótesis: Poesía en movimiento
causa, todavía, un efecto dominó
(cfr. 96) en la forma de la poesía mexicana, así como en su manera de leerla y
escribirla. A diferencia de El amor, el
sueño y la muerte en la poesía mexicana ([1969] 2015) de Jaime Labastida,
tristemente, Poesía en movimiento «cumplió
un destino inevitable: convencernos de cómo debía escribirse y leerse la poesía
mexicana moderna» (99). La poesía de la experiencia logra convertirse en signo
de rotación cuando se desprende del contexto y se lee desde la anécdota como
una alegoría.
La
atrofia lectora hace que sean muy
pocos quienes leen poesía. Ahora bien, están especializados en ese género
adictivo y selectivo. Quienes la escriben lo hacen para un público concreto,
por lo que la marginación se acrecienta.
Uno
de los apartados que necesariamente debemos de leer si queremos escribir sobre
algo (y si no también) es el de «¿Y dónde
están los críticos cuando se les necesita?» (cfr. 156-166). En él, Higashi
reflexiona sobre lo vital que resulta tener un juicio. Muchos lo hemos perdido.
La crítica literaria rara vez analiza y comenta el texto, sino que se ampara en
la biografía de quien escribe y en la anécdota referencial. En este sentido,
sorprende (dentro de la minoría que se denuncia) la cantidad de críticos que
son poetas. Al revés no son tantos los casos.
En
México no existe la crítica literaria profesional; es decir, como trabajo a
tiempo completo (cfr. 208). Sí reconocemos, en cambio, el capitalismo letrado,
las mafias:
La formación de una trayectoria, por ejemplo, crea
fuertes tensiones al interior de los grupos de poetas y de aspirantes a poetas;
hoy, cuando se habla de mafias,
difícilmente percibimos que detrás de una metáfora poco afortunada se subraya
la presencia de redes de individuos asociados por simpatías estéticas o
amistosas que se expresan en beneficios de distintos tipos: la reseña elogiosa,
la invitación para leer en público, la participación en la antología de moda,
el espaldarazo para la beca solicitada, la publicación en la colección de
poesía, el primer lugar en el concurso, etc. (209).
La pescadilla se muerde la cola, «como
un bardo que se muerde la cola» (cfr. 245) diría Saldaña París. Según Higashi:
«Se publica para conseguir una beca para publicar» (215); el poeta es «responsable
de la bolsa mexicana de valores estéticos» (227). La poesía se ha
profesionalizado y se ha individualizado (cfr. 265).
Uno
de los puntales que critica Higashi es el lenguaje ininteligible de los
estudios académicos. Muchos textos (la mayoría, sobre otros textos) presumen de
un estilo metalingüísticamente rococó, pero nada más. No dicen nada, solo
confeccionan (sin objeto directo):
El metalenguaje, por supuesto, no hacía una crítica
brillante por sí misma. En el resto del trabajo, Antonio Alatorre se regodeaba
mostrando la pobreza descriptiva de la crítica neo-académica, cuyos ingenuos y
superficiales resultados se presentaban encubiertos bajo un maquillaje
metalingüístico. Esta caracterización, me temo, es la que pesa hasta nuestros
días: una crítica sin riesgos, de receta, descriptiva, desbordante de
metalenguaje y difícil, por ello mismo, de leer fuera de ámbitos especializados
(172).
El autor de PM / XXI / 360º defiende lo contrario: un lenguaje sencillo (como
hemos dicho más arriba) para explicar un tema complejo (la poesía mexicana); y
lo hace, comulgando con lo que dice, con una voz que podría sonar en la calle.
Con trabajos como este, cada vez está más cerca el hecho (y no el dicho) de que
cualquiera pueda leer y hablar de poesía.
Esta última frase puede sonar negativa, calados como estamos todavía de ese
aire divino; pero si hacemos hincapié en ella, quizá sería la solución para
esta merma.
Las características de la poesía
actual (brevedad, experimentación, fragmentariedad…) no son casuales, responden
a condicionamientos sociales (premios, becas, especialización…) que priorizan
el proyecto antes que el poema o su lectura (cfr. 232). Asimismo, el recurso de
la máscara (tan presente, por ejemplo, en Francisco Hernández) se afronta como
una de las opciones más comunes a la hora de destacar e innovar más allá del
resto de la constelación poética de la que forma parte y a la que, por
originalidad y éxito, no se quiere pertenecer (cfr. 340-362).
En
su discurso de ingreso a la Academia Mexicana de la Lengua,
Alejandro Higashi decía que las notas a pie de página eran un coitus interruptus. Es coherente pues al
no incluir ninguna en este libro.
El
mérito de este trabajo es conjugar la problemática poética con la social,
haciendo ver, claramente, que una depende de la otra: la lectura condiciona el
progreso. Datos, opiniones y versos conforman una mirada actual del México
poético, como si esta observación se llevara a cabo por un satélite de
satélites de Google Maps.
Higashi
es peculiar. Este calificativo reúne inteligencia e ironía, ambas al extremo.
Veamos cómo cita un ejemplo de descritura:
«El poema de [Alejandro] Magallanes comparte estas tres preocupaciones, como
puede apreciarse fácilmente en la lectura de los primeros 50 o 55 versos del
poema, citado a continuación:
El poema nuevo
del emperador
Higashi es de los que comentan y analizan
los poemas escrupulosamente. Imagínense lo que dice de este último que acabamos
de citar. Es lo mejor.
Los
capítulos y sus subcapítulos se cierran con cláusulas que sentencian la
tragicomedia poético-mexicana: «El karaoke poético no existe, pero quienes
escriben poesía se preocupan por inventarlo» (135). Esta actuación musical
conecta con un verso de Eva Castañeda, al cual se refiere Higashi para ilustrar
la competencia poética: «“Mi vecina es la mejor cantante de karaoke en la
colonia”» (297). Y es que, conceptos teórico-abstractos se explican mediante
símiles plásticos. Tal es el caso de la sopa Campbell (cfr. 300) como marca
distinta de un producto igual al resto.
¿Cabe
el marketing o la economía o la crematística en la poesía? Sí, desbordan el
texto. Por eso es lógico, necesario y oportuno definir de este modo a las
constelaciones fratricidas del reciente quindenio. Uno de los recursos poéticos
y ensayísticos que caracterizan a la actual poesía mexicana y también al
trabajo de Higashi es la pregunta. Mediante interrogantes peculiares, conecta
ideas presentes con formas tradicionales: «¿En qué se parece una selfie a un poema de los publicados
durante el siglo xxi?» (cfr. 306).
Estas preguntas, entre muchas otras, se tratan aquí y ahora. Recordemos que
mañana lunes el autor lo presenta en Pynchon&Co.
PM / XXI / 360º es un libro vital para
la (¿muerte?) poética y para México. Trata un tema complejo, abundan las
referencias y es necesario conocer o querer conocer lo que se está publicando
allá para entenderlo desde acá. «Afirma lo que se niega como corresponde a un
signo en movimiento» (400). Está escrito con tal coloquialidad que incluso
podemos disfrutar sin comprender, en un primer momento, los conceptos en los
que se basa y a los que interroga, desácidéndolos.
Aunque
uno es el autor de este libro, varios son los causantes. A ellos agradece
Higashi su trabajo:
Esta investigación debe mucho al trabajo conjunto
con los miembros activos del Seminario de Investigación en Poesía Mexicana
Contemporánea, en un periodo que va de 2012 al 2015 (pero sigue corriendo),
formado por Jorge Aguilera López, Eva Castañeda, Roberto Cruz Arzabal, Manuel
Iris, Jocelyn Martínez Elizalde, Alejandro Palma e Israel Ramírez (17).
Este
tipo de trabajos críticos viene como agua de mayo literaria y socialmente, pues
«Poesía en movimiento concedió al
aspirante a poeta las herramientas necesarias para escribir poemas en
movimiento, pero no para leerlos» (126). «La poesía enfrenta la peor crisis de
lectura que hemos tenido en años» (445); ¿Cómo leer si se atiende el proyecto y
se descuida la distribución? ¡Qué curioso: un libro que critica la
accesibilidad textual sufre este mismo problema por parte de las editoriales!
Me refiero a mi caso personal, aunque lo auguro extensible. PM / XXI / 360º, está publicado en
México por la editorial Tirant Lo Blanch, originaria de Valencia. Soy de
Alicante y trato de comprar el libro por Internet. No me dejan. Pienso entonces
que acaba de salir y que los envíos pueden causar el conflicto. Opto por el
formato electrónico. Intento pagar en euros y en pesos, pero nada. Escribo a
Tirant y me dicen que «no está disponible aquí en España». Me sorprende el
deíctico espacial, que compartimos.
Cartel de la presentación en España |
Pese
a los obstáculos que la tradición de la ruptura genera, Higashi facilita una
crítica de la poesía y de México. (Des)fijémonos. ¿Nos vemos mañana lunes 16 de
mayo (a las 19:30 h.) en la presentación que llevará a cabo en la Librería Pynchon&Co?
Rafael García González entrevistó recientemente a Alejandro Higashi en Margen con motivo de su libro.
Rafael García González entrevistó recientemente a Alejandro Higashi en Margen con motivo de su libro.
Este genoma poético que comparten tiene que ver, aunque lo nieguen (estamos parafraseando a Higashi), https://goodnightpublishing.com/programa-para-convertir-mp4-a-mp3/
ResponderBorrarMuchas gracias por el mensaje, Ducelia. Entiendo que puede relacionarse con la revelación epifánica.
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