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Imagen de Chulavista |
Amaranta Caballero Prado
Amaranta Caballero Prado (Guanajuato, 1973) conjuga la poesía y las artes
visuales en los poemarios que de ella recoge el Archivo de Poesía Mexa: Todas estas puertas (Tierra Adentro,
2008), Okupas (Letras de Pasto Verde,
2009), Vanitas (Editorial La Rana,
2013), Escombros (Proyecto Líquido
Miedo, Editorial Turner, 2013; versión completa en colaboración con Piedra
Cuervo y Ediciones de La Esquina) y Amarantismos
(Ediciones de La Esquina, 2014).
La poeta que radica en Tijuana, maestra en Estudios socioculturales, aparece en varias muestras de poesía: en Cabrasola, Transtierros, Poemario de mujeres o Poemas Tuneados; pero, una vez más, los comentarios sobre su obra
son mínimos. Destaca, sin embargo, la sincera lectura de José Luis Ramon Colin
en Chulavista a propósito de este primer poemario que
mencionamos, publicado en Tierra Adentro: «uno de los libros de poesía que más
he disfrutado en los últimos meses es Todas
estas puertas, de la escritora guanajuatense radicada en Tijuana, [...] un
viaje autobiográfico de fractura y reencuentro, por el que puede uno transitar
descubriéndose al descubrir a Amaranta». Conscientes de lo difícil que sería
aportar algo con nuestra lectura parcial y muy personal, ofrecemos algunos
rasgos que pueden explicar su poética.

Okupas
(2009) reúne los textos que Amaranta publicó en distintas revistas electrónicas
o en su blog. En «Infrutescencia» sigue jugando con el lenguaje: «Fui el tronco
y ramas de una higuera podadas una y otra vez por si las moscas» (5). Aunque
son poemas autónomos, de distintas épocas, podríamos hablar de la naturaleza o
del paisaje comido por la sociedad urbana. Asimismo, la preocupación por la
poética que veíamos con Carmen Alemany
sigue presente con sarcasmo en «Malas compañías»:
Esta es una idea vaga.
Es vaguísima y además
se junta con estructuras rítmicas
bastante repetidas y gastadas
no conforme con ello hace ronda
con rellenos metafóricos
demasiado utilizados, anticuados.
Del barrio son lo peor.
Para algunas poéticas
esta idea no sirve para nada (14).
El pesimismo por
la lírica viene acompañada por una crítica al género estanco que en las últimas
décadas bebe y permea en otras artes, según estudiamos con Luis Alberto Arellano o Rocío Cerón.
El título del poemario podría hacer referencia a la antología de textos que
viene a ocupar ahora un libro más o menos unitario o a los pájaros, animal
predilecto de la autora, presente en el último poema: «El
tímpano: pájaros ocupas rebeldes de árboles».
Vanitas
(2013) cuenta con cincuenta prosas precedidas por una introducción de Josu
Landa, que refrenda el fondo de estos «lienzos» de apariencia vana, y el texto
«Ex halo in halo ex halo in halo» (ya presente en Nosotros que nos queremos tanto. Poesía contemporánea de México, libro
editado por El Billar de Lucrecia en 2008) de Reynaldo Jiménez, quien destaca «recopilación
de objetos hallados en la calle y simultánea aprehensión de sus halos, mediante
una escritura de equilibrios deslizados por un acento intersticial: entre la
referencia, punto de partida, y la imaginación, campo minado, en pro de la
apertura» (9). Casi sin miedo a equivocarnos podríamos decir que las prosas de
Vanitas están formadas por pies de foto de una imagen que no aparece más que en
nuestra mente. La ausencia de nexos o conectores o marcadores discursivos (que
dirían las gramáticas) desaparece a favor de los núcleos verbales, los
sustantivos centrales y sus adjetivos de color y tacto. El canto a los objetos
minúsculos de la cotidianidad le acerca por un lado a las odas de Pablo Neruda
o Miguel Hernández y, por otro, la instrucción a quien lee y la narración
fabulística la aproxima a Julio Cortázar o a Gloria Fuertes.
Escombros (2013) se compone de nuevo performances: «1. Adela/ Galia Eibenschutz», «2. Another vision/ Meiro Koizumi», «3. Filmes/ Kenneth
Anger», «4. Confidencial/ Marcela Armas y Gilberto Esparza», «5. Love is love and fear is fear. Everything
else is everything else/ VESTANDPAGE», «6. Imagine/ Pedro Reyes», «7. Látex/
Yoshua Okón», «8. Matanga/ Carlos Amorales» y «9. Desmonte/ Enrique Jezik». No
es casual que la definición de miedo introduzca los textos en los que se
rescata lo que percibe especialmente el sentido de la vista que nos guía: «el
miedo es una sensación necesaria para la sobrevivencia» (24-25). La poeta
reconoce la importancia del silencio blanco y deja en el centro de la página un
paréntesis de este tipo: «(Aquí se
escucha el canto de un jilguero)» (38). La imagen del rincón de una casa
donde una niña contempla los objetos que se han quedado pegados al techo o unos
ojos entre las líneas de la pieza 6 reflejan los comportamientos sociales ante
la distopía de la utopía.

DEFINITION
Men:
tira,
cómica (33)
La poética de
Amaranta se ciñe a la fuerza de la palabra precisa, en verso o en prosa, para
contar una historia cercana desde la cual asomarnos a la condición humana sin
abandonar, por supuesto, la reflexión de qué es un poema y sus relaciones con
otras artes. Actualmente la «tijuanajuatense» realiza
el proyecto interdisciplinario «Mil pájaros mil. Tesis autodoctoral», donde
convive entre la música, la pintura y la literatura. Podemos seguir sus
colaboraciones en Tierra Adentro o en su blog. El Centro Cultural
Digital editó uno de sus textos en este enlace. Y aquí podemos
escucharla recitando:
Bravo!
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