domingo, 31 de julio de 2016

Carlos Gutiérrez Cruz, Sangre roja: versos libertarios

Compañero, por una perfecta comprensión
y por una perfecta amistad,
te dedico este libro de convicción
y de humanidad.
Carlos Gutiérrez Cruz (pág. 45)

Carlos Gutiérrez Cruz (Guadalajara, 1897 – Ciudad de México o Cuernavaca, 1930) forma parte del Archivo Negro de la Poesía Mexicana (Malpaís, 2015) con Sangre roja: versos libertarios (1924): un canto medido por el desmedido contraste entre las clases y las obras.

            Jorge Aguilera López (Seminario de Investigación en Poesía Mexicana Contemporánea -CEPE -UNAM) presenta en la introducción al poeta y al poema, mostrando la ligazón entre uno y otro. Aunque prima la ética, la estética de versos breves, sonoros y sentenciosos declaman justicia.
            Carlos Gutiérrez Cruz se sitúa, ya sea por la forma o por la temática de su poesía, próximo a Germán List Arzubide y a Manuel Maples Arce: «Estos tres autores, en una gradación que va del verso tradicional al vanguardista, pretenden hacer del poema reflejo de las condiciones sociales imperantes» (20), dice Aguilera en la introducción; partiendo de la militancia del tapatío para mostrar su poética.
            En este sentido, el autor de Sangre roja: versos libertarios coincidió con Diego Rivera o Mayakovski. Según explica Evodio Escalante en Proceso, su ausencia en las antologías se debe a «su tendencia predominantemente panfletaria». La poesía social ha sufrido el grito superficial y efímero de parte de los alegatos políticos. Sin embargo, Gutiérrez cuenta con mecanismos retóricos, tales como la clara concisión de «Yo vuelvo muy distinto, yo no tengo ya canas/ y en vez de estrofas líricas hago estrofas humanas» (58); así como una crítica no exenta de ironía: «Y quién iba a creer/ que las luciérnagas tenían razón:/ unas horas después,/ quedó implantado el régimen comunista del Sol» (65).
            El astro solar es uno de las imágenes habituales del poemario para abogar por la libertad natural. La tradición, el conservadurismo o la desigualdad (personalizada de forma exacerbada en el patrón) focalizan el poema «La sangre del sol»:

Mancha de rojo el sol
Como si fuera sangre
la sangre derramada
por la generación
desheredada.
Mancha de rojo el sol
la llanura sembrada.

Ojalá que esa sangre derramada
por el sol,
fuera la sangre del patrón (67).

Sangre roja, diaria, vuelve a salir con el sol, fluyendo bajo el canon y las poéticas perfectas e inacabadas. Entre la exaltación de la violencia y lo políticamente correcto, Sangre roja: versos libertarios refleja parte indispensable de la historia de México.
            Carlos Gutiérrez Cruz integra la expresión que en la primera mitad del siglo xx se alejaba de Contemporáneos y Estridentistas. La poesía política que tan bien conoce Jorge Aguilera López conecta con una obra básica de la poesía mexicana que hasta ahora ha quedado marginada, quizá, por el compromiso y la crítica férrea y satírica de sus versos (de)cantados sin (de)cantar.

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