Laura Solórzano
Laura Solórzano (Guadalajara,
1961) es autora, entre otros poemarios, de Un
rosal para el señor K (Universidad de Guanajuato, 2006), Nervio náufrago (La Zonámbula, 2011) y Oración Vegetal (Mano Santa, 2015), que
de ella recoge el Archivo de Poesía Mexa.

[...]
Mientras él revierte
él sube, él sabe, él dice,
él mueve, él coge
porque él tranza
¿Ella sirve? (59)
Las constantes preguntas nos llevan a
replantearnos la naturaleza del verbo. Nervio náufrago
(La Zonámbula, 2011) empieza de nuevo con algunas prosas que anteceden a
imágenes y retratos cotidianos. Los títulos entre paréntesis y siempre en
minúscula nos sitúan ante lo que podría ser un arte de vida. La ambivalencia
del sí y del no pacianos concluye escenas de ritmo decadente, por ejemplo, en
el poema «dentro»: «[...] mi voz te envuelve / te sostiene lejos del poder / que
gira su rosca y reanuda su rabia / dentro y fuera / donde nosotros caemos / de
donde nos escapamos» (25). Asimismo, la flor que veíamos crecer anteriormente
es ancla o punto de origen y destino; es decir, los símbolos de Solórzano van
comunicando poemas y poemarios que hablan de la familia, la memoria y las
pérdidas. Al respecto encontramos los comentarios de Jorge Orendáin
o Luis Rico.
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La cubierta pertenece a un grabado de la propia Solórzano |
El pasado
espera en el presente
el vuelo
hacia el futuro
del pájaro
que deshaciéndose
del tiempo
vuela incesante
teniéndose tan solo
dentro de sí (14)
Sin querer hacer una comparación o un
seguimiento de las correspondencias que establecía Castillo, destacaremos la
yuxtaposición, la narratividad y el ensimismamiento de pequeñas estrofas en
torno a una reivindicación del tacto vegetal a merced del viento: la
inspiración. Sin ser un canto a la ecología, Solórzano nos recuerda la
presencia que tienen todos los seres vivos en nuestra forma de pensar y
relacionarnos.
La
autora de Un rosal para el señor K
forma parte de la Poetas siglo XXI, Antología mundial que edita Fernando Sabido Sánchez. En esta
muestra vienen el texto de Jorge Orendáin al que nos referíamos anteriormente,
así como el poema «Lobo de labio», también presente en El Cálamo o en Transtierros.
Solórzano
no es una poeta que aparezca en los constantes y repetitivos cánones de México,
pero ofrece una poética para nada previsible y rica en la ligazón con la
dimensión social que estudiamos y el diálogo con otras artes. En este sentido,
quizá tenga que ver su formación en psicología, por la Universidad de
Guadalajara, y en Artes Visuales, por la UNAM. Busquemos sus libros y
disfrutaremos de un ejemplo claro de la poesía desde la academia y la
tradición.
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