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del ombligo de la luna y el destino manifiesto
Omar Pimienta
Omar Pimienta (Tijuana, Baja California
Norte, 1978) ha publicado cuatro poemarios: Primera Persona: Ella (Ediciones
de La Esquina, 2004; Littera Libros, 2009), La Libertad: Ciudad de Paso (CECUT,
2006; Aullido Libros, 2008), Escribo desde aquí (Pre-Textos, 2009) y El álbum de las rejas (Liliputienses, 2016).
Los tres primeros están disponibles (como manuscritos) en el Archivo de Poesía Mexa.
Pimienta es un artista
multidisciplinar de la frontera entre Tijuana y San Diego que, además de
escribir y crear, realiza su doctorado en Literatura en la Universidad de
California en San Diego, donde en 2010 hizo su maestría en Artes Visuales. Algunos
de sus poemas están disponibles en revista El humo,
halcondelanoche,
Círculo de Poesía, La Prensa San Diego, Transtierros,
La Estafeta del Viento, Vozed
(con algunos textos de su último libro, El álbum de las rejas) y, cómo no, en
su web: omarpimienta.com.
Recientemente J. Ignacio Martínez le entrevistó en El Periódico de Extremadura y Conrado Gómez hizo lo propio en avuelapluma
donde Pimienta apuntó el acercamiento entre la poesía de Europa y América: «Encuentro
que las mieles coloniales atraen a las hormigas y que los procesos migratorios
comienzan a influir en el día a día de la poesía».
Primera Persona: Ella (2004) es
un poema de amor a la tierra y al ser humano que abandonamos y recordamos.
Efectivamente están escritos en primera persona y en el pasado continuo. Son
descriptivos, breves y plásticos. Las sinestesias se encabalgan en imágenes acuosas y saladas
como la cura para todo, que diría Karen Blixen: «el sudor, las lágrimas y el
mar». Aquí el mar es un río no tan bravo que divide la tierra seca. La prosa y las pausas (en forma
de paréntesis) le dan ritmo y distancia a lo narrado. La serie «Literatura»
está conformada por especies de aforismos que desarticulan el lenguaje de la
experiencia. Así dice el texto II: «Yo era tu pasado imperfecto: / el verbo que
con / jugabas mientras hacías otra cosa» (15). Este es, entonces, un libro de
iniciación al oficio poético.
La Libertad: ciudad de paso (2006)
está dedicado a Don Marcos, «que se despertó a tiempo del sueño americano» (4),
y empieza con el poema «La libertad es una zona afectada»:
Camino por estas calles:
alguien atropelló el semáforo nuevo;
hay negocios de Internet donde antes fondas;
mataron a Roberto por andar de narco;
mandan saludar a mi padre.
Regreso a casa con noticias, un seis de cerveza
el cambio en monedas sueltas y las manos húmedas
como la colonia en febrero, cuando la lluvia no se
lleva todo
y los damnificados nos quedamos
a cuidar las pertenencias (7).
El paisano
prójimo regresa a la ciudad y se sorprende ante las modificaciones que afectan
a su barrio como los daños de un sismo. Ya se advierte una solidez creciente que
se aleja de la anécdota de su libro anterior y profundiza en ese humor social
que logra con la brevedad y la claridad de sus versos. La droga merma esta
ciudad de paso. Las expresiones populares se adaptan al contexto urbano. Así
empieza el segundo poema de la segunda serie, «De Paso»: «Y pensar que todos
los caminos llevan a la farmacia Roma.» (40). Entre Tijuana y San Diego el tono
autobiográfico conecta versos de, nuevamente, un libro de poesía, que no de
poemas. Como veíamos con Julián Herbert a raíz de Quirarte, la división
tripartita permite el viaje por el espacio urbano carente de civismo, en el
caso de Pimienta vemos: «La Libertad», «De paso» y «Ciudad».
Con Escribo desde aquí (2009)
ganó del «X Premio Emilio Prados del Centro Cultural Generación del 27» en Málaga,
España. El título de este poemario ya encabezaba un texto de su libro anterior
(2006: 58), de ahí que se advierta cierta continuidad madura en la obra de
Pimienta. Sin duda, este es su libro más leído y reseñado. En forma de lo que
podría considerarse una carta a Isacc −amigo muerto (15) al que extraña,
como a Don Marcos−, el sujeto poético desarrolla un poema de largo aliento con
divisiones donde, una vez más, prima la deixis temporal, aquí, el territorio a
caballo entre países, y la persona, el tú y el yo que ahí en nosotros, la
sociedad. Entre un sitio y otro el poeta se hunde en el lenguaje: «escribo
desde acullá: (siempre he pensado que no existe esta palabra)» (13). La muerte
y la familia como temas que acerca la escritura. Las hormigas (27, 38, 42)
anónimas, frágiles y oscuras vuelven a protagonizar la «sociudad», Ms. Metrópolis, que amamanta y devora a
quienes no consiguen cruzarla o renovar la tradición heredada. Con Escribo
desde aquí Omar Pimienta entra con fuerza en la poesía mexicana: «nací sin
dientes después me salieron todos derechos / no hace mucho perdí una muela y la
sangre me supo al principio del fin» (48).
Más allá de la relación que tiene la
poesía del tijuanense con otras artes, nos atrae su componente social. Un poeta
fronterizo (en todos sus sentidos positivos, como Cristina Rivera Garza, Gaëlle Le Calvez, Manuel Iris o Dolores Dorantes) que apuesta por escribir y estudiar
las nuevas formas que ofrece el poema para reflejar y denunciar los problemas
sociales de México y su poesía. La fotografía y el lirismo punzante y preciso
que veíamos con León Plascencia Ñol continúa en el nuevo libro de un poeta al
que seguir muy de cerca: El álbum de las
rejas, Omar Pimienta.
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