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Ayer mi marido recibió carta de su madre
“pasan los cisnes salvajes y de vez en cuando un ganso”
Isabel
Fraire ([1977] 2018: 10)
Isabel Fraire (1934-2015) forma
parte del Archivo de Poesía Mexa con un libro que acaba de editar la propia Poesía Mexa: No sé ir a casa (2018). Gracias a este
material que ofrece Rolando Montaño Fraire, comentaremos algunos aspectos de la
poética de Fraire para ponerla a dialogar con las generaciones, promociones y
constelaciones posteriores.
Jorge Posada selecciona los textos para
un proyecto en el que también participan Luis Eduardo García, Diana Garza Islas, Daniel Bencomo y Yolanda Segura. De sus cuatro poemarios, 15 poemas (Katharsis, 1959), Sólo esta luz (Alacena, 1969), Poemas en el regazo de la muerte
(Joaquín Mortiz, 1977) y Un poema de
navidad para Alaíde Foppa (Plaquette de autor, 1982), los poemas recogidos se
centran en los tres últimos. La desesperanza recorre una naturaleza que con el
paso del tiempo crece a la vez que el ser humano mengua. Al tiempo que retrata la
sociedad, como un animal que se mueve por instintos, se reflexiona sobre el
oficio poético con una precisión que dota al verso libre de un ritmo que
resuena en imágenes que van de lo cotidiano a lo surrealista. Ejemplo de ello
podría ser el tigre (la realidad) que quiere entrar en el espacio doméstico,
poético; a la manera de Eduardo Lizalde en El
tigre en la casa (1970). Dice Fraire en esa misma década:
Toda la noche soñé con un tigre
que amenazaba con
despedazarme
y yo cerraba puertas y más puertas
atrancándolas con mi sola
desesperación
mientras oía una voz que me decía
“deja entrar al tigre
déjalo entrar
no es sino la realidad”
(6)
De esta manera, la
poeta presenta un tono apocalíptico que conectaría con la preocupación
ecológica de José Emilio Pacheco y Homero Aridjis; así como, más adelante, con la violencia inusitada de Coral Bracho o Xitlalitl Rodríguez Mendoza. El tren subterráneo y Proust, Europa y los anuncios
clasificados, Van Gogh y las pérdidas: son asociaciones válidas para una
filosofía del poema. Las comillas y las cursivas recalcan el testimonio de
casos particulares que proyectan un problema común. El aburrimiento, la soledad,
arte poética: «A veces me irrita darme cuenta de que escribir está lleno de
trampas / aprender a escribir es aprender a manejar trampas» (15). El tiempo y
el espacio conectan a la autora de Irse
para volver con, ya lo dijimos, el de Irás
y no volverás. La poesía conversacional de Pacheco gana, a través de
Fraire, un reducto de dificultismo
metafórico. La poeta camina la ciudad, visita un museo y deja testimonio de las
conversaciones que escucha en su cabeza y en la de otros; inspirada por lo que
sucedió y lo que pudo suceder, cual Héctor Carreto o Vicente Quirarte. Critica con fuerza al medio literario a través de una metamorfosis
de las constantes hormigas: «Los poetas tienen antenas / si nos los figuráramos
como insectos / tendrían un cuerpo blando y vulnerable recubierto / de vellos
finísimos larguísimos» (43).
En Material de lectura (UNAM, 2010), Juan García Ponce presenta a la autora que «[a]parece
también para desaparecer en la aparición» (5). El hueco que las palabras ocupan
y dejan en la página es el vacío que la poesía, lejos de llenar, señala. El
trabajo de Poesía Mexa en este caso reúne una serie de poemas breves e independientes
que funcionan, me parece, como un relato de ese sujeto que crece, denuncia y «deja
de escribir» (46). Podemos dar con más textos de Isabel Fraire en Tiempo en la casa, Círculo de Poesía, con motivo de su muerte, o en su web: www.isabelfraire.com
Es cierto: entre
cisnes salvajes que se empeñan en la vistosidad fáustica de una modernidad
atrasada, de vez en cuando, se cuela un ave que canta con los pies en la
tierra. Y su sonido es más cercano, más claro, necesario.
Hola mw interesa mucho en contrar poetas que tengan un estilo visual como eñ de idabel fraire. ?Usted me proporcionaría algunos(as).?
ResponderBorrarBuenas tardes, perdón por no contestar hasta ahora. Si se refiere a poemas visuales, aunque no sé si tan cercanos a Isabel Fraire, podríamos recordar a Raúl Renán, Enrique González Rojo Arthur, Roberto López Moreno, Leticia Luna o Yolanda Segura. Saludos,
BorrarNacoh