sábado, 14 de octubre de 2023

Hyaznä

 

Hyaznä. Luz de Luna / Light of the Moon (Ya mfeni, 2023) es el libro de poesía que Rosa Maqueda Vicente (s. f., Valle del Mezquital, Hidalgo) escribe en hñähñu para el público infantil, con ilustraciones de Carlos López Magaña y traducción al inglés de Nora Carolina Blome y Patrick Cheney.




            Tras a Ya nda / Semillas / Seeds (2021), con prólogo de Carmen Alemany Bay, este trabajo reciente se enmarca de igual modo en el proyecto CORPYCEM, así como en la perspectiva ecocrítica. Lo anterior se debe a que se recupera, por un lado, la cultura originaria del Valle del Mezquital que tanto difunde la poeta y activista; y, por otro, se defiende la habitabilidad de un espacio natural, en convivencia con la diversidad del entorno así como el respeto a las raíces. Por ello, estamos ante un libro que perfectamente podría llevarse al aula de Primaria, en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.

            Antes del prólogo de Hyaznä, firmado por Erika Barguera Pedraza, se agradece a las niñas y niños de las comunidades del Alto Valle su imaginación a la hora de plasmar, plásticamente, estos poemas. Para Barguera: «leer este poemario más allá de las propias metáforas, es adentrarse a revivir los detalles del Valle, las formas de vida del campo por medio de sus flores, de las cactáceas, de los cantos del cenzontle, de la luna y de los aromas» (s. p.).

            Once poemas, en edición trilingüe (hñähñu, español e inglés) como decimos, sin paginación, se suceden al recrear una noche encendida por la vida: la naturaleza en forma de insectos, la sinestesia de los recuerdos; la semántica del cielo; la genealogía en femenino; los nombres propios que construyen una identidad; el lenguaje de los elementos naturales; escenas de la memoria íntima; el aprendizaje sensoriomotor; la lectoescritura de un espacio; el verbo arraigar, más de la tierra al cielo que del cielo a la tierra. Por último, un glosario nutre el intertexto, la competencia lectoliteraria del alumnado a uno u otro lado del Valle: Däxpe, Zabi, Hwähi.

            Fijémonos, como venimos haciendo en este blog, en uno de los poemas para explicar la importancia de Maqueda en el currículo de Didáctica de la Lengua y la Literatura; con el objetivo de ampliar el canon de lecturas (recordemos que su obra Sol de media luna, con la que dialoga esta, ya se encuentra disponible en la Biblioteca de la Universidad de Alicante).

            Nos centramos en el primero, a modo de pórtico que dé pie al siguiente, por qué no, decálogo. Para abrir boca analizamos la composición, a doble página:

 

 


 

Podría tratarse de un haiku que extiende la primera parte, multiplicando la lengua (más que bífida) en el habla que adquieren infantes en relación con el resto, no sólo humanos. Las lenguas originarias dan luz (razón) a la noche: la historia oscura que todavía siguen sufriendo en contra de su visibilidad, la convivencia con las otras, el peligro de que desaparezcan como modos de nombrar la realidad y los sueños. El verbo principal aparece en el tercer verso (ondulan). Y es por eso que en seguida nos viene a la mente la imagen del agua que da forma a la tierra, al medio. El gerundio con el que termina el poema, breve, como el resto, remite a la unión, a la flexión, al número, a la persona dentro de la impersonalidad y al principio de todo, al final de este texto inaugural: el verbo. Sin rima, en verso libre (como diría Córdova), el ritmo se logra por los pares de palabras en español, por la repetición del sonido /ai/ (lamento o atención) en hñähñu y las nasales del inglés. Casi onírico, el paisaje se alimenta por finas ilustraciones, simples, en un par de tonos cálidos. El tema es la luz. Ahora bien, el interrogante salta enseguida. ¿Quién da luz de luna (ese canción de Natalia Lafourcade)? ¿La luna a la luciérnaga o esta a aquella como metáfora de la comunicación, del reflejo, de la guía?

            Se abren las posibilidades didácticas antes, durante y después de la lectura, a la manera de Solé. El hilo narrativo se estira en tercera persona: se cuenta cómo surge la vida gracias a la periferia; al cabo, central. En todo ese universo, con el poema más extenso, el final, de once exactos versos que enumeran y sintetizan lo planteado hasta ahora se anima a la lectura, a la escritura, al tejido “para ti” (últimas dos palabras del libro).

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