Vete
al carajo, roñoso.
De
mejores poemas me han corrido.
Rosa
María Peraza
Destierro de lo blanco (Consejo Nacional
para la Cultura y las Artes / Instituto Sinaloense de Cultura, 2014) es el
último libro de Rosa María Peraza (Culiacán, Sinaloa, 1943-2014): un homenaje a las diversas tradiciones.
Está disponible de manera digital y abierta en el Archivo Histórico General del Estado de Sinaloa.
También en este Archivo viene una entrevista que le realizaron a la poeta, actriz y promotora cultural,
asidua a los talleres literarios de Efraín Huerta, Margarita Paz Paredes o Juan
Bañuelos y autora de Autorrequisa:
divertimento (1995); para quien la poesía erótica se debe en parte a estos
encuentros vespertinos en la ciudad de México. Los clásicos temas del amor, la
muerte o la poética son tratados con sarcasmo, precisión y un verso clásico que
se ajusta a la medida de lo que suena.
Para el poeta mazalteco Juan Esmerio
Navarro, este trabajo «propone una gran alquimia interior» (8). Tal fractura ‒esa herida interna a la que
alude el también culichi y poeta de la ausencia Jesús Ramón Ibarra a propósito de este poemario‒ focaliza un problema común al
ser humano y, por tanto, también social. Como vimos con Vasija,
de Diana del Ángel, los fragmentos al final permiten crear al calor del fuego un
receptáculo que nos envuelve. Peraza lo hace en distintas secciones: «Peces
nocturnos», «Destierro de lo blanco» y «Memorial infinito».
La poeta que despide a José Emilio Pacheco y siente cerca la muerte, vence la blancura de la página y se
va, segura de su oficio. Así dice en los últimos versos del poema «Hoja en
blanco»:
escribir y dejar de hacerlo producen
el mismo desconcierto, el desaliento atroz
del vacío inevitable.
Si no lo haces, queda hacia dentro
un hueco oscuro.
Si lo haces se vacía la materia
y queda la soledad
hasta que la palabra vuelve, si es que regresa (40).
Di con este libro
gracias a Nancy Hernández García, que próximamente publicará su ensayo «Palabra
e imagen en Morirás Lejos», Premio Bitácora de vuelos.
Tres meses antes de morir de un infarto, Rosa María Peraza nos dejó una obra
que acoge en la claridad del lenguaje un viaje plural de regreso.
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