domingo, 7 de febrero de 2021

Luis Armenta Malpica

 

Luis Armenta Malpica (Ciudad de México, 1961), que acaba de cumplir años, está presente en el archivo de Poesía Mexa con Chiamateme Ismaele (Edizioni Fili d´Aquilone, 2019): una reciente edición bilingüe en italiano al cuidado del traductor Alessio Brandolini de aquella obra que mereció el Premio Sor Juana Inés de la Cruz 2013.



            La introducción de Eduardo Milán presenta el interés por vencer a la blancura del gran cachalote que da título a esta obra, y que perseverará este año en otras traducciones de poesía mexicana al italiano. Según Milán:

 

Con straordinaria maestria per questi tempi senza maestria, Luis Armenta Malpica fa dialogare un testo narrativo ormai classico dell’ultima fase moderna, Moby Dick di Herman Melville, con opere letterarie di questo presente storico della poesia latinoame-ricana. Ovvero agita le acque in una combinazione strettamente funzionale e, se fosse poco, con uno spiegamento di reti lanciate su una superficie in cui l’allegoria domina la tribuna oceanica (5).

 

            El libro que publicó el Fondo Editorial del Estado de México en 2014, tras el fallo del Premio Sor Juana, se organiza en la «Embestida» o «Assalto», sesenta poemas breves sin título y un «Coletazo» o «Colpo di coda». Desde un inicio, la magnificencia viene pergeñada por lo minúsculo, la cualidad entomóloga que permite unir ideas aparentemente distantes a la manera de los poemarios Melville en Jerusalem (2020) de Vicente Quirarte o Una ballena es un país (2019), de Isabel Zapata.

            Según Luis Armenta Malpica y Alessio Brandolini, respectivamente:

 

Y Dios creó a las grandes ballenas

es una letanía allá en el fondo.

Aquí mientras comulgo

aplasto con los dedos una hormiga

que se lleva mi repentino asombro

ante un jardín botánico:

risperidonas

haloperidolos

olanzapinas

aripiprazoles

que giran

e implosionan

al azar

mientras una columna de insectos

se abre paso

[...]

(10)

 

E Dio creò le grandi balene

è una litania laggiù in fondo.

Qui mentre faccio la comunione

schiaccio con le dita una formica

che si porta via il mio improvviso stupore

davanti a un giardino botanico:

risperidone

aloperidolo

olanzapina

aripiprazolo1

che ruotano

e implodono

a caso

mentre una colonna d’insetti

si fa largo

[...]

(11)

 

La sobrevivencia de lo imperceptible se abre paso ante la mayúscula, la solemnidad de un lenguaje ligado a la botánica. El poemario en su conjunto narra la historia que parte de unas hojas de la famosa obra de Herman Melville. El ser humano y el animal conviven con la pasión, el miedo, como puntos de encuentro.

            El poeta y editor de Mantis Editores ofrece un sujeto poético en primera persona, que establece el título del poemario, también en italiano. Se alterna a su vez con una tercera persona distante, casi narrador omnisciente que reescribe la historia del cachalote relacionada con otras referencias (entre las que se encuentra Italia) con base en un lenguaje más científico que la intimidad de la intrahistoria del personaje que actualiza el relato ballenero.

            La precisión quirúrgica opera en textos de no más de cuatro versos:

 

La gente que ha pasado

por su cuerpo

lleva un olor a cal

en las heridas (40).

 

La gente che è passata

per il suo corpo

ha un odore di calce

nelle ferite (41).

 

La traducción respecta especialmente el heptasílabo (en este caso, en los impares) de tradición italiana. Funcional, al cabo, de la misma manera que el desdoblamiento del personaje, la preocupación por la crítica y la poética, el solapamiento de mar y cielo, por Peter Pan y demás homenajes a Walt Whitman, entre otras pautas que se mencionan en la nota final.




            A sus sesenta años, el autor de Enola Gay (Vaso Roto, 2019), por su continua capacidad para generar una obra fuera de lo común y atenta a lo que nos rodea, es parte fundamental de la poesía mexicana contemporánea. Podemos leerlo en El Coloquio de los Perros, Letras Libres, Círculo de Poesía, Festival Internacional de Poesía de Bogotá o Altazor.

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