Pasamos por alto ¡Al rescate!
(FOEM, 2019), de Judith Goldman e Irma Bastida Herrera, por tratarse a todas
luces de un cuento, y llegamos con la colección de Lectores niños y jóvenes, en
orden inverso, desde lo más reciente, a 20 poemas para construir una casa (FOEM, 2018). Sus autores: Jorge Alejandro von
Düben Padilla (Ciudad Guzmán, Jalisco, 1988) y la habitual, pero no por ello
menos talentosa, Irma Bastida Herrera.
Mereció el
Certamen Internacional de Literatura Infantil y Juvenil 2017, con un jurado que
integraron Andrés Acosta, Óscar González y
Lizbeth Padilla.
Se
parte de un epígrafe de la poeta soviética Nika Turbina: “Vivimos en distintas
islas, / aunque en la misma casa” (p. 7). Dicho acápite no es un recurso
habitual, como sucede con la paginación, presente aquí, lo que nos hace empezar a pensarla para los cursos superiores de Primaria, en
contacto ya con Secundaria. Fijémonos en un poema para comentarlo, no con el
interés filológico, que existe, sino con la intención de abrir posibilidades
didácticas en los restantes diecinueve.
Como
intuíamos la semana pasada, las ilustraciones son creadas definitivamente para
la obra digital y no para la impresa. Es decir (pp. 8 y 9) la imagen continúa
si la página se desliza hacia abajo y no si lee de izquierda a derecha, de par
a impar: algo interesante, cuando menos, para pensar en REA antes que un libro
tradicional del que se tiran, según el colofón, por lo habitual, 1.000
ejemplares.
El
poema sobre los poemas y las casas u hogares que en ellos guarda y no encierra
comienza con una oración subordinada de finalidad, valga la paradoja. El apunte
desde el plano sintáctico esboza la hipótesis, cual trabajo de investigación.
Se parte de ella para presentar las temáticas inusuales que conformarán la
ristra. Se busca revisar el mundo, lo que nos envuelve, con ojos de infante. Se
potencia la creatividad. El binomio fantástico rodariano. La metáfora se
explica a sí misma en la reiteración, en el ritmo, en los paralelismos que a
modo de estribillo encabezan cada estructura. La lectura/escritura del poema,
Violante/Lope de Vega mediante, crece y se sostiene; he ahí el constructivismo.
El
poema como isla, a la manera de José Emilio Pacheco, entonces (que destaca por
su Álbum de zoología), va amparando
entre el lenguaje coloquial y el calor de las ilustraciones la imaginación de
quien lee y escribe a la vez. El surrealismo es verosímil en el universo de
esta serie de poemas sobre la desautomatización de lo cotidiano.
Son
todos ellos conceptos clave para la educación literaria. La Didáctica de la
Lengua y la Literatura halla en el jalisciense un puntal para la relación de la
lengua hablada y la literaria; algo que no siempre es fácil de explicar en el
aula. La distancia entre ambas se acorta a través de los símbolos y recursos
que se construyen desde la personificación.
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