domingo, 3 de septiembre de 2023

Homshuk, niño y dios terrible

 

Pasamos por (que no de) Sharash y el regalo de Federico (FOEM, 2017), de Elizabeth Padilla Velázquez (Tlalnepantla, Estado de México, 1961), con ilustraciones de Jonathan Ricardo García Trejo; y de Siete cuentos imagirantes (FOEM, 2017; leí hasta ahora inmigrantes) de María de Guadalupe Basich Moreno (Guadalajara, Jalisco, 1954), con trabajo gráfico de Ricardo García Trejo. Y siguiendo el catálogo que nos ocupa llegamos a una de las referencias que más nos despierta la atención de la poesía infantil (más allá de México) iberoamericana: Adolfo Córdova (Veracruz, 1983).

 

 


 

Se encuentra disponible en la colección Lectores niños y jóvenes del FOEM su libro Homshuk, niño y dios terrible (FOEM, 2016), ilustrado por Carlos César Contreras Becerril. Recibió la mención honorífica en la categoría de literatura infantil (en el género de poesía) del Certamen Internacional de Literatura “Sor Juana Inés de la Cruz”, convocado por el Gobierno del Estado de México, a través del Consejo Editorial de la Administración Pública Estatal, en 2015. El jurado estuvo integrado por Flor Cecilia Reyes, Andrés Acosta y Elman Trevizo.

            Desde ese lustro, que tanto estudió incluso en España (en Barcelona o Cuenca), Córdova se ha convertido en nombre obligado, como decimos, para todo lo que tiene que ver con LIJ; especialmente, con el género que nos ocupa: la lírica.

            Se trata de una nueva generación, o promoción (según Higashi), que conoce lo que se ha publicado hasta ahora con la etiqueta de público infantil y que sabe con maestría llevarlo al aula, a los grupos, en voz alta, sin necesidad de gritar.

            Si la semana pasada veíamos el tlacuache en Lotería de Metepec, vuelve aparecer el animal que poetizaron Diana Garza Islas y Sergio Ernesto Ríos para un público amplio en La czarigüeya escribe (2014). Se incluye en la dedicatoria, pues aunque se dirige a su hermano Alberto, quien escribe agradece al Tío Tlacuache esta historia, “brasa que hoy se enciende” (p. 7).

            La tradición oral, de boca a oreja veracruzanas, se fija de manera impresa para mover la incandescencia del relato popular, más allá de México incluso; aunque los motivos y mitos sean propiamente de la región, con insistencia en lo prehispánico, lo originario, la identidad.

            La estructura de este libro es mítica. Se compone de siete capítulos que son poemas, creación del mundo del niño-dios Homshuk. Los títulos de los mismos responden al tratado medieval o científico o cervantino. Por ejemplo, así arranca el verbo que fue y es al principio:

 

 


 

El metate es el recipiente mexicano donde los haya que a la manera de Obelix en la marmita da origen al sobrenatural personaje. Pero además de este particular objeto atrae la utilización, al inicio del relato, en verso libre, el verbo dicendi; que dará asimismo ritmo hasta el final (en estructura circular), junto a las oraciones copulativas que se sangran al igual que otras estructuras de marcada precisión con base, recordemos, oral.

            El intertexto (de Mendoza) nos lleva enseguida a pensar en Pinocho, que se halla como Homshuk en el vientre de una criatura marina. En este caso el pez devora lo que la madre molió en el metate. He ahí el origen, la leyenda, lo fantástico; sin embargo, se plantea el concepto de lo verosímil debido a la construcción de todos los elementos que apenas aquí esbozamos con vistas a un mayor y próximo detenimiento. Lo mismo sucederá más adelante con los Hermanos Grimm y la Cenicienta que es obligada a diferenciar del suelo, sirva el paralelismo, los frijoles o el arroz con ayuda, en seguida, de los pájaros una vez más (33-34). Lo políticamente correcto se cuestiona sin paternalismo ni infantilizar el relato que sirve para la sociedad, en general, más allá de Veracruz; puesto que ante las peripecias de la formación del protagonista nos reflejamos moralmente también quienes leemos, da igual la edad que tengamos. Ahí radica la enseñanza, el simbolismo, la existencia del bien y del mal, de la realidad y de la ficción, entre lo que ocurre y lo que se nos ocurre, en el lenguaje del viento, entre la mitología grecolatina de occidente y otra mirada menos egódica (diría Vicente Luis Mora) que es la originaria, la prehispánica, mediante la configuración de este enfant terrible que es el dios del maíz desde una mirada propia.

            Sólo mencionamos para terminar la relevante presencia de la bruja Tzitzime y el culebro; y, de nuevo, la insistencia en siete días (marca temporal clave desde La diosa blanca o La rama dorada que permean la lectura de poesía (también infantil) mexicana). Otro rasgo que apuntamos para esbozar líneas de desarrollo son las voces que el propio Córdova representaría en la puesta en escena de Homshuk (en un aula por ejemplo de Primaria) y la relación que se establecería así entre poesía y teatro, como ya hemos visto a partir precisamente del recurso que aquí se emplea, la cursiva.

 

 


 

            La breve semblanza curricular del escritor y crítico es ya un relato sumamente atractivo, una capatatio benevolentiae donde las haya, aunque se encuentre al final del mismo. Serviría para abrir las actividades de prelectura:

 

conoció la historia del poderoso Homshuk en Piedra Labrada, una comunidad en la sierra de Santa Marta, en Veracruz. Una noche, mientras dormía en ese sitio mágico, escuchó la voz de la bruja Tzitzime y se despertó de un salto. Sólo consiguió dormirse de nuevo cuando vio la sombra del Tío Tlacuache y oyó el chillido del Tío Murciélago, quienes habían llegado a protegerlo.

 

Adolfo se dedica a inventar historias porque es escritor, pero también intenta contar historias verdaderas porque es periodista. Vive en Ciudad de México y viaja muy seguido tras la pista de nuevos personajes.

 

Está disponible en su blog Linternas y bosques, donde además encontrarán numerosas entradas relacionadas con el tema que nos atrae.

            Adolfo Córdova merece una investigación que espero desarrollar movido por el interés que mueve sobre la poesía infantil desde México. Destaca su maestría en Literatura Infantil y Juvenil por la Universidad Autónoma de Barcelona y el libro que coordina en la Universidad de Castilla-La Mancha, Renovar el asombro : un panorama de la poesía infantil y juvenil contemporánea enespañol (2019), disponible en ebook a través del catálogo de la biblioteca para estudiantes de la Universidad de Alicante. Homshuk, niño y dios terrible, de momento, evidencia la relación con CORPYCEM y la poesía política que es posible abordar de cara incluso a Primaria en el marco de los ODS que trataremos de estudiar en lo que sigue.




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