domingo, 20 de septiembre de 2020

Hotel Universo

 

Hotel Universo (Universidad Autónoma del Estado de México, 2019), la reciente publicación que compartió Xitlalitl Rodríguez Mendoza (Guadalajara, Jalisco, 1982), profundiza en la poética de las racionalizaciones domésticas y animales que vimos en otras obras suyas gracias a Poesía Mexa.


            En la línea de Jaws: Tiburón (Mantis / Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2015), libro que mereció el X Premio Nacional de Novela y Poesía Ignacio Manuel Altamirano, en la categoría de poesía, Rodríguez Mendoza desarrolla la hibridez genérica desde una perspectiva ecocrítica e interdisciplinar que continúan poetas como Isabel Zapata.

            Tanto en prosa como en verso, mediante el tono coloquial del lenguaje (al estilo de Luis Eduardo García) se acerca a la abstracción, le da vueltas y exprime el tema hasta salir de los tópicos en los que tanto en la gran pantalla como en otras artes pueden caer el tiburón, hace cinco años, y, recientemente, ese espacio ajeno e íntimo que es el alojamiento para huéspedes.

            El título del breve poemario coincide con el llamado Hotel Universo de su Guadalajara natal. Ahora bien, no es solo el espacio que, pongamos por caso, inspiraba el libro de cuentos de Odette Alonso, ya en la ciudad de México, Hotel Pánico, sino que se ofrece conforme avanza la lectura una redefinición de esos términos que asociamos tanto a la violencia, Jaws, como al hábitat que acoge algo que se desborda y se expande, en la línea de Elisa Díaz Castelo.

            A modo de crónica, se sucede la descripción de los tipos que transitan los contornos de este mítico enclave de la capital tapatía. Es el pórtico para adentrarnos en el hilo narrativo, real, urbano, que subyace en la intrahistoria. Según el estudio de Luis Vicente de Aguinaga a propósito de lo íntimo que hay en un acto social, y viceversa, se extrae la historia de amor del diccionario que aparece al final del poema «Wishing we could elope».

 

 


 

            Seguidamente, la serie de poemas o de acciones que perfectamente podrían advertirse o darse desde ese Hotel que es el Universo continúa con un sugerente ejercicio: la traducción fallida (no exenta de humor e ironía) de referencias como William Blake y Stéphane Mallarmé.

            Después de la sección que da nombre al libro, «Poemas para ser leídos fuera de Autlán» se desmarca a la periferia, todavía de Guadalajara. Los textos, ahora, en prosa recuerdan el desenfado de Poemas para ser leídos en el metro (2003) de Arturo Dávila.

            El tono jovial contrasta de golpe con la violencia inherente a las conceptualizaciones del mundo que veíamos a través del elemento natural que es el agua en Jaws. Como en demás poetas, que mencionamos anteriormente, existe un interés por reestablecer el significado de ciertos significantes a través de la lírica, la oralidad y el tiempo. Ahora bien, esta última se vale para ello del género del cuento, en breves cápsulas que conectan con el consolidado espacio de la intimidad pública, Hotel, y el ensayo que se advierte al reflexionar sobre el uso de la lengua a través de él, con un fin ético y estético; tal como lo el poema «5. A mi tía Tey» (25-27):

 

Hay toda una discusión en Google sobre si existe o no el término cangrena. Una de las primeras entradas asegura que esa palabra no se admite en el Scrabble. En mi casa existe. El Coromines afirma lo siguiente: “Sigüenza (1600) emplea la forma cangrena, cuyo uso reconoce [en el diccionario de] Aut. como vulgar, y hoy sigue estando muy arraigado en el vulgo […]: se debe a influjo del anticuado cangro ‘cáncer’, y variantes semejantes en los demás romances”. Mi mamá y mis tías la usan al contar la historia de su hermana Elvira, quien murió a los tres años. Neumonía. Eso se dice ahora. Antes había muerto de sabrá dios qué le habrá pasado, algo tenía en los pulmones. Al paso de los años hemos ido recogiendo palabras de aquí y allá y sacando explicaciones a la muerte de donde se pueda. El DRAE dice que cangrena está en desuso y lo correcto es gangrena. Pero no se refieren a lo mismo. En la historia de mi tía Elvi, la cangrena aparece al momento en que deben alejarse los hermanos más pequeños porque los niños no deben estar cerca de los muertos. “Mi papá la levantó en su cajita para que la viéramos de lejos”, dicen. Tenía unos ojos preciosos, las pestañas chinas, chinas. A mi mamá se le murió en los brazos, cuando acompañó a mi abuela al centro de salud y las regresaron porque no había mucho por hacer. Tomaron un taxi a la casa. Mi abuela le pidió al chofer que se detuviera en la tienda para de una vez comprar el café del funeral, café cuyo aroma la niña boquearía como último unas curvas más adelante.

 

En todo caso estamos frente a un fenómeno fonético llamado asimilación, en el que una consonante se sustituye por otra cercana para facilitar su pronunciación. Es un cambio por el uso que dan los hablantes. Sin embargo, por más que esta palabra se ha repetido en sobremesas y charlas bajo el naranjo, esa c nos sigue lastimando, poco a poco, nos carcome.

 

Por último, la parte titulada «Pura morralla» termina con un par de prosas en las que se desacraliza un deseo por la muerte voluntaria y la reconfiguración de la identidad a través de un rasgo como el acento. Esta es la última oración de Hotel Universo: un espacio en el que nos instalamos sin pertenecer más que un tiempo, según la factura: «Y por más que no quiera y que me apene y que me duela, mis privilegios me saben a oblea con vino, me saben a tejuino» (31).

            Hotel Universo demuestra la particularidad y los nexos de Xitlalitl Rodríguez Mendoza: poeta coherente con la línea que, pese a su juventud, ya traza en la última década. Este libro, disponible en la web de Grafógrafxs, fue impreso con un tiraje de 10.000 ejemplares, como parte de la Colección de poesía En Marte aparece tu cabeza, volumen 1, número 2, octubre-diciembre de 2019: una separata de Grafógrafxs, publicación trimestral editada por la Universidad Autónoma del Estado de México. Pese al encendido debate sobre el PDF en las últimas semanas, la extraordinaria escritora sirve como ejemplo para ver la difusión (véase en Perú con La Mula o en Venezuela a través de la Universidad de Carabobo) que tiene una obra, impresa, pese a estar liberada en internet.

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