domingo, 3 de septiembre de 2017

Minerva Reynosa

Imagen de El Humo
elemento marginal:
Minerva Reynosa

Minerva Reynosa (Monterrey, 1979) es una poeta que cultiva y estudia la experimentación digital. En el Archivo de Poesía Mexa están disponibles sus tres últimos poemarios: Atardecer en los suburbios (Tierra Adentro, 2011), Fotogramas de mi corazón conceptual absolutamente ciego (El Tucán de Virginia / Conaculta, 2012) y Mammut (Concretoons cartuchera, 2015).
            Estamos ante una poeta con una fuerte presencia en la red y los nuevos circuitos culturales. Vemos poemas suyos en Punto de Partida, Las afinidades electivas / las elecciones afectivas, Par-Tres, Emma Gunst o Tres pies al gato. Además colabora en Letras Libres o en Tierra Adentro. Pese a la importancia que, como vemos, tiene en internet, Círculo de Poesía solo la recoge en su muestra de «Los 100 peores poemas mexicanos de autores vivos». He aquí las contradicciones electivas. En la revista El Humo ofrece algunas notas breves sobre sus referentes (donde destaca Deniz), la manera de enfrentarse ahora al hecho poético o su interés por el hilo conductor de los poemarios, más que por los poemas autónomos. En cuanto a su lenguaje, «me gusta esa seudo marginalidad de las jergas».
             Atardecer en los suburbios (2011) es su obra más difundida y reconocida. Después de Una infanta necia (2003), Emötoma (2007), La íntima de las cosas (2007), se fundamentan las técnicas expresivas y se afianza la voz interactiva en el poemario Atardecer en los suburbios. Manuel de J. Jiménez lo reseña en la revista Crítica con un completo análisis de la traslocación urbana en Reynosa: «violentar la estructura urbana, reconocer el eje de los márgenes para variar la infraestructura del objeto»; atendiendo también al fenómeno en las obras de Claudina Domingo, Xitlalitl Rodríguez o Karen Villena. Estamos antes una desarticulación del lenguaje que ofrece nuevos rumbos. El enigma, la intertextualidad, la línea quebrada o el estribillo enmarcado (como hace Nepote en estos mismos años) confieren una sugerente verbalización: «entre (h)eses fetales / seseando las mierdas ya caducas» (23). El fin de una era deja el rastro de nuestras motivaciones, vicios y virtudes: la cultura. La expresión en todas sus variantes se filtra y arraiga como el papel de la revista Rolling Stone que envuelve un elote aún caliente al salir de la feria que acaban de cerrar. Los versos y poemas breves y tónicos encabalgan la realidad que lee la poeta con enérgica y sistólica voz.
            Fotogramas de mi corazón conceptual absolutamente ciego (2012) podría ser el pie de foto de un labio que sangra pero habla o precisamente habla porque sangra. En lugar de las estructuras verticales del poemario anterior, estamos ahora ante un conglomerado de términos sin puntuación ni fronteras lingüísticas o discursivas. Es una imagen del blanco que integra la letra negra mas oxidada «detrás de las palabras» (así empieza gran parte de estas prosas). Los males que aquejan el cuerpo por dentro (bien el amor, bien la sodomía) dialogan con cápsulas que irradian los temas tabúes durante un tiempo. Los cambios de tipografía generan un discurso que fluye porque se traba constantemente. Así termina uno de los textos centrales:

[...]
i l e g a l e s m i g r a n d o e l b r i l l o r a b i o s o d e l
a m o r s u b c o n s c i e n t e p e l í c u l a s s e n t i m e n -
t a l e s e l p u l s o d e p e z a r t e r i a m i g r a t o r i a
p a d r e s e x u a l m e n t e p e r f e c t o o c a s i c a s i
s a u n a s e r ó t i c o s p a r a a m a n t e s s i n p a p e l e s
g o n o r r e a s p o l u c i ó n b a s u r a n i n g u n a o p o r -
t u n i d a d s o b r e l a t i e r r a l e y r a c i s m o b u r k a
k u r d o r e d n e r v i o s a l a v i d a l o s g e n i t a l e s
l o l e t a l e l c u e r p o e l c r a c k e l m a n t r a e n
l a m a n o e x t e n d i d a s o m o s p e l í c u l a s s e n t i -
m e n t a l e s (38)

En la parte final el verso recuerda la disposición convencional, aunque continúa la concatenación de imágenes mudas en boca ajena.
            Mammut (2015) es una app de poesía y videojuegos de Apple. El personaje cabalga a lomos de un mammut, ¿metáfora del lirismo extinto o colmillos a los que se aferra la opción de revivirlos gracias a la ciencia? Jugamos a disparar hamburguesas, corazones, pasteles, cerezas, cervezas o arcoíris. Estallan y devienen palabras que conforman el poema, escrito al fondo azul de la pantalla: «estábamos suspendidos en sitios sin nombres con personas reducidas adentro de la piel». Al no existir, creo, para Android no la he podido utilizar, leer, visitar o lo que se haga con este modo de lectura (no de escritura) que tanto me atrae y que creo que es necesario para conectar con la evolución de la poesía.



Los versos de la regiomontana se agolpan en la nunca de las cosas. Destapa las sensaciones olvidadizas y demuestra la importancia de las nuevas formas para la poesía. Recientemente participó en la antología Sombra roja: diecisiete poetas mexicanas (1964-1985) (2016) con algunos poemas inéditos.



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