domingo, 22 de noviembre de 2020

Un rezo para mi padre

 

Un rezo para mi padre (Herring Publishers, 2018) es el poemario de Sebastián Díaz Barriga (Ciudad de México, 1998) que ya se puede conseguir en el archivo de Poesía Mexa: un singular ejercicio de intertextualidad y construcción del sujeto lírico a partir de la figura del padre, biológico y literario.



            Estamos ante un poeta joven, es cierto; pero, precisamente por eso, es posible advertir a través de su obra la relación que establece con promociones anteriores. Nombres como el de Julián Herbert, cuyo epígrafe abre este libro: «Sueño todas las noches con mi hijo. / Yace sumergido en su madre; es / un gladius o un diente empollado / o una bolsa de transfusión» (6). El desenfadado atrevimiento del acapulqueño motiva obras como esta, que de algún modo engendra. Me parece relevante este detalle, amén de que otra referencia musical sigue siendo John Lennon, que aparece a continuación para despedirse sin éxito de su padre, justo antes del retrato, una fotografía, de su, se intuye, progenitor: sobre el texto en latín; otrora, haiku:


            De esta manera se presenta al protagonista que describe el sujeto poético, el hijo de una poética irreverente, pero sin estridencias; ligada a las drogas, a lo escatológico, a los aparentemente bajos instintos, sin «guantes de látex». En un tiempo anterior al del nacimiento del poeta, pues recordemos el tono autobiográfico que destaca la página web de la editorial a la hora de presentar este rezo underground, se va gestando la causa de versos compuestos por la narratividad de la memoria coloquial.

            La pregunta al revés de «¿quién soy?» (19), en el centro de la página, dialoga con la cita latina y otras lecturas que cuestionan la identidad, a la manera de Yolanda Segura en persona (2019). El texto se voltea nuevamente en una página que simula el doblaje de una esquina, en su sentido fílmico. Se puede leer como el discurso de un personaje y la remembranza que antes de suceder tiene el yo. Al contrario, y viceversa, entendemos las imágenes que no dejan más que la silueta del resto, cual despersonalización del sujeto, del protagonista de la oración, tanto del «desvalido» como del «abandono». Dicha idea compone un correo electrónico sobre el vacío, luego completado a mano en la tele-física que apuntaría el también poeta mexicano Heriberto Yépez. Esta es una de las últimas páginas del libro (36):

 

 


 

            Ya estamos ante poetas que pertenecen más a este siglo que al anterior. La novedad que muestra Díaz Barriga es no descuidar las novedades anteriores (el citado Herbert y demás poetas que vienen en los agradecimientos finales, como Ismael Velázquez Juárez, también publicado en la editorial queretana como parte de la poesía visual), sino conocerlas y continuarlas con atención en una obra que está disponible en Carruaje de Pájaros o en su blog La fábrica de pájaros.

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